Compartir demasiados detalles sobre nuestra vida en redes como Facebook, Twitter, Instagram nos hace blanco fácil de los cibercriminales.
Las largas horas que pasamos frente a una pantalla colaboran con la sobreexposición que hacemos de nuestras vidas y datos en redes sociales.
La pandemia nos obliga a permanecer y trabajar en casa (si tenemos suerte) y sin darnos cuenta, exponemos cada vez más en las plataformas sociales, información íntima que podría resultar útil a los ciberdelincuentes.
Compartir a qué hora comenzamos o terminamos de trabajar, o alguna selfie tomada en la oficina — si nos toca ir una que otra vez a la semana— el nombre de nuestra mascota, o del centro educativo de nuestros hijos son datos que nos exponen pues resultan valiosos para los criminales.
Ya que con ello podrían averiguar o tener pistas sobre cuáles son nuestras contraseñas.
Además, si usted se toma una selfie diciendo que está trabajando, puede que también revele sin querer información valiosa que esté en su pantalla, lo que daría insumos para poder perjudicar a su empresa por medio de un ataque dirigido.
Pero cuando de seguridad se trata, no se debe pensar que este tipo de ataques solo le suceden a las grandes compañías, también a los usuarios finales.
David Méndez,country manager de ESET para Costa Rica explicó a este blog, que hay que hacerle entender a las personas que están compartiendo de más y que la mejor forma de combatir esto es educando desde casa.
Precauciones
¿Cómo asegurarse de que no nos estamos sobreexponiendo en redes sociales? Podemos comenzar por revisar la configuración de privacidad en estas plataformas.
En muchas ocasiones, las personas olvidan configurarlas para restringir quiénes pueden ver sus publicaciones. Así, permiten que cualquiera observe sus fotos, ubicaciones usuales y hasta exhiben quiénes son sus familiares y amigos más cercanos.
Sobre las ubicaciones, el experto de ESET recomendó evitar compartir dónde estoy, pues “le estoy diciendo a los ciberdelincuentes que no me encuentro en casa”.
Además, destacó que resulta conveniente aplicar un mayor nivel de autocensura. Aunque suene gracioso, recomendó que “antes de subir cualquier cosa, hay que preguntarse si yo me sentiría cómodo si mi abuela lo viera, o si le mostrara esa publicación a un desconocido”.
Méndez aclaró que, si la respuesta es no, es mejor abstenerse de publicar, pues esto puede perjudicarnos en el futuro.
“Si en mis redes sociales no tengo cuidado sobre qué público, existe riesgo de que mi imagen digital se vea perjudicada”, afirmó.
Es algo importante para tomar en consideración sobre todo en esta época, en la que gran cantidad de personas andan en busca de trabajo.
Dispuestos a compartir nuestra intimidad
La encuesta global Créditos sociales y seguridad: adoptando el mundo de las calificaciones, realizada por Kaspersky reveló algo interesante sobre los latinoamericanos:
- El 80% de nosotros, aceptaría exponer sus perfiles en las redes sociales para encontrarse con amigos de toda la vida.
- El 68% lo haría sin problemas, si la finalidad es conseguir descuentos en compras en línea.
- La mayoría también dice que no le importa la falta de privacidad, si a cambio obtiene acceso a experiencias exclusivas (60%).
- Además, el 31% no tendría problema si el gobierno rastrea las actividades en redes sociales para mantener seguros a los ciudadanos.
Educación
Para David Méndez, de ESET Costa Rica la clave está en comenzar a hablar de estos temas en casa y de los riesgos que implica compartir de más en las redes sociales. Sobre todo con los menores de edad.
Con frecuencia los padres no se sienten preparados para conversar con sus hijos o guiarlos en estos temas. Por esa razón, recomendó acudir a la plataforma Digipadres.
En este sitio web de ESET, mamá y papá podrán obtendrán ayuda para saber qué temas discutir con sus hijos antes de que estos ingresen a redes sociales.
¿Lo pensará mejor la próxima vez que comparta en redes sociales? Acá un video para reflexionar.
