La herramienta fue sorprendida por una fama repentina que le obligó a reforzar su seguridad, para cuidar datos de sus usuarios.
Trabajar, ir al gimnasio o a clases ya no es lo mismo. En estos y otros espacios las rutinas han cambiado desde que el COVID-19 llegó a nuestras vidas.
Para seguir reuniéndose aunque sea de forma remota, muchas empresas, centros educativos y gimnasios decidieron recurrir a Zoom, una herramienta en la que varias personas pueden conectarse a la vez e interactuar por medio de audio, video y texto.
La aplicación, que permite hacer reuniones de forma sencilla, ya sea utilizando una computadora o un dispositivo móvil se ha vuelto popular, probablemente por su fácil uso, no en vano, sus usuarios han crecido de 10 a 200 millones en tiempos de coronavirus, según confirma The New York Times.
Pero en el camino, muchas críticas y recordatorios de su privacidad comprometida también han salido al paso, pues se han dado casos de trolls que se meten a las sesiones de Zoom a enviar contenido pornográfico, por ejemplo.
Asimismo, se habló de que los usuarios de la plataforma podrían ser rastreados por medio de su cuenta de Facebook y que también estaba abierta la posibilidad de que personas ajenas a la reunión, se conectaran usando IDs aleatorios.
La fama de poco segura de Zoom corrió y provocó que empresas como Google, Tesla, Apple y hasta organismos como la NASA prohibieran a sus empleados utilizarla.
Camilo Gutiérrez, Jefe del Laboratorio de Investigación de ESET Latinoamérica explicó que: “El éxito repentino tomó a Zoom por sorpresa. La empresa tenía un modelo de negocio y una política de privacidad para respaldar un servicio gratuito, y de repente, se convirtieron en la herramienta predeterminada para millones de organizaciones que se encontraron con la necesidad de utilizar un servicio de videoconferencias. Han tenido numerosos problemas relacionados con la privacidad y la seguridad, y necesitarán tiempo para adaptarse”.
El éxito repentino tomó a Zoom por sorpresa. La empresa tenía un modelo de negocio y una política de privacidad para respaldar un servicio gratuito, y de repente, se convirtieron en la herramienta predeterminada para millones de organizaciones.
Camilo Gutiérrez, Jefe del Laboratorio de Investigación de ESET Latinoamérica
El CEO de la compañía, Eric S. Yuan, salió al paso con un plan para mejorar la seguridad y privacidad de las informaciones que se comparten en la plataforma Zoom.
Inclusive la compañía anunció un plan de mejora de la seguridad en 90 días.Entre las acciones que tomarán para que los usuarios se sientan a salvo en Zoom se encuentran, cambios en la configuración predeterminada de la plataforma, mejora en la complejidad de contraseña de cada reunión, un programa de recompensa en la detección de errores y la incorporación de Alex Stamos como consultor.
Stamos es el exjefe de seguridad corporativa de Facebook y director del Observatorio de Internet de Stanford.Pero mientras la compañía hace mejoras, usted también puede protegerse si desea seguir usando Zoom, con algunas de las recomendaciones que ofrece el Laboratorio de Seguridad Informática ESET:
-Utilizar siempre la generación automática de cada reunión, de esta manera siempre tendrá un “ID de reunión” diferente. Si el ID de una reunión se ve comprometido, solo servirá para una sola reunión y no para todas las que organice.
-Iniciar una reunión con la cámara apagada puede ayudar a evitar un momento incómodo. En este sentido, será mejor que los usuarios se vean obligados a encender la cámara durante la reunión si así lo necesitan o desean.
-Admitir a cada participante en la sala de conferencias. De esta manera, el control total de los asistentes está en manos del anfitrión.
Por su parte Kaspersky Daily también ofrece algunas recomendaciones a la hora de usar el servicio. Entre ellas:
– Configurar una contraseña para la reunión. Recientemente, Zoom hizo que la protección con contraseña esté configurada por defecto.
– Cerrar todas las ventanas que no te gustaría que otros vieran: ya sea que se trate de un regalo sorpresa que estás comprando en línea para alguien más en la llamada de Zoom, o bien, una búsqueda de trabajo de la que tu jefe no necesita enterarse.
